sábado, 5 de marzo de 2016

La Lucha Contra Satanás

¿Qué razones tiene Satanás para luchar contra los cristianos? 
 ¿Hasta cuándo seguirá este conflicto?
¿Cuál será el final de esta confrontación entre Satanás y los creyentes?
LAS ARTIMAÑAS DE SATANÁS 
Es importante que el creyente conozca las estrategias que Satanás emplea para llevarle al pecado.  En el relato de Génesis 3:1-6, se describe cómo Satanás hizo caer a Adán y Eva, lo cual sirve como ejemplo de los aspectos fundamentales que emplea el enemigo en su ataque contra los cristianos.
Mezclar astutamente la verdad con el error (Génesis 3:1). El relato de Génesis 3 se inicia con la descripción de la serpiente. Era el más astuto de los animales que Dios había creado. Esta astucia probablemente hacía referencia a su sagacidad como animal para obtener su objetivo unido a lo insinuante de sus movimientos (estas características posiblemente le hicieron el animal elegido por Satanás para consumar su plan de engañar a la primera pareja).  La serpiente llegó a ser considerada por los escritores bíblicos como representación de Satanás (Apocalipsis 12:9; 20:2).
La serpiente preguntó algo que no era cierto: ¿Dios prohibió comer de todo árbol del huerto? Él sabía perfectamente que sólo había un árbol prohibido pero la pregunta realizada de esta manera magnifica la imagen de un Dios injusto y preparaba el camino para la segunda fase de la tentación.       
El error es tal vez la principal arma de Satanás.  Cristo mismo enfatizó el carácter engañoso del diablo y de todos aquellos que le siguen (Juan 8:44).  No hay nada más peligroso que el error mezclado con la verdad.[1] Por esta razón la iglesia debe estar siempre alerta contra cualquier forma de error que pretenda socavar sus bases (Efesios 4:14).
Atrae al pecado con una oferta tentadora (Génesis 3:4-5). Esta fue la segunda fase del plan satánico.  La orden de Dios había sido dada: No coman del árbol de la ciencia del bien y del mal. Satanás buscó una manera de que el hombre no obedeciera esta orden. Básicamente toda tentación busca que el creyente desobedezca las directrices de Dios. Dios establece la manera en la cual el hombre debe satisfacer sus necesidades y enseguida Satanás presenta alternativas que contradicen los principios divinos. Un ejemplo de esto lo encontramos en la siguiente tabla:

DIOS DICE:                                      SATANÁS DICE:

El sexo puede satisfacerse, pero                  El sexo puede satisfacerse fuera del
dentro del matrimonio.                                  Matrimonio (fornicación, adulterio, masturbación, etc.)

Para comer hay que trabajar.                        Se puede tener dinero fácil (juegos, robo).

Hay que unirse en igual yugo.                       No importa con quien te cases si te ama.

Hay que ser siempre honesto.                      El fin justifica los medios.

Realmente, la tentación apela a nuestros deseos y necesidades. Satanás sabe que el hombre fue creado con estas necesidades y por eso insiste en sacar provecho de ellas insinuándole maneras atractivas de satisfacerlas, prometiendo un fin grato.  Esto mismo fue lo que ocurrió a Eva. El Diablo le insinuó que al comer del árbol sus ojos serían abiertos y serían como Dios (precisamente lo mismo que él quería y no logró). Esta insinuación impactó tanto a la mujer que enseguida vio el fruto ya no como algo prohibido sino agradable a los ojos y codiciable, en ese momento su respeto a la orden de Dios había sido destruido.
Se puede concluir este aspecto diciendo que la tentación es el atajo que Satanás le muestra al hombre en contraste al camino real que Dios ha establecido en su Palabra (Proverbios 14:12).
LAS ARMAS CONTRA SATANÁS (Efesios 6:10-18)
Si bien es cierto que Satanás despliega múltiples y poderosas artimañas para debilitar la fortaleza espiritual del cristiano, no es menos cierto que el creyente cuenta con armas espirituales mucho más poderosas (recuérdese las palabras de 1a Juan 4:4).
Estas armas espirituales con las cuales cuenta el creyente fueron descritas por el apóstol Pablo en Efesios 6:10-18.
El cinto de la verdad (Efesios 6:14a). La primera de las armas mencionadas por Pablo es el cinturón de la verdad. Pablo relaciona las armas espirituales del creyente con el atuendo de un soldado romano de su época.  Cuando menciona el cinto se refiere al cinturón que los soldados utilizaban para asegurarse el traje y de esta manera tener libertad de movimiento. Pablo relaciona el cinturón con la verdad. La verdad es la antítesis de la mentira y el error (armas fundamentales de Satanás) por eso lo primero que un cristiano debe hacer para tener libertad en su manera de proceder es cultivar la verdad no importa lo que eso cueste y al mismo tiempo rechazar la mentira en cualquiera de sus formas.
Un creyente que usa la mentira, la hipocresía o el fraude para conseguir algo, ha perdido la libertad de acción, está amarrado en la trampa que el mismo Satanás le colocó cuando intente actuar como creyente; Satanás se encargará de recordarle que no tiene autoridad moral para dárselas de "santurrón".
La coraza de justicia (Efesios 6:14b). La coraza era una pieza que protegía el cuerpo del soldado desde el cuello hasta los muslos. Esta pieza era importante para la protección de los fuertes golpes, las peligrosas flechas y filosas espadas que hacían contacto con el cuerpo del soldado.  La justicia a la cual se hace referencia aquí es  la rectitud moral que debe exhibir el cristiano como norma de vida. En tanto hagamos las cosas como Dios lo ha establecido en su Palabra, mantendremos nuestras vidas protegidas de los violentos ataques del enemigo.
El calzado del evangelio (Efesios 6:15). Un buen calzado (resistente y cómodo) garantizaba un mejor desplazamiento en la batalla y el recorrido de grandes distancias en las campañas contra otros ejércitos.  En este caso el apóstol compara las sandalias con el evangelio de la paz. Puede haber relación aquí con Romanos 10:15.  El creyente debe estar presto para compartir el evangelio que produce paz con todos aquellos atormentados por el enemigo. De esta manera estará despojando a Satanás de los cautivos que tiene dominados. Las sandalias le darán movilidad para conquistar en el nombre de Jesús a los oprimidos por Satanás.
El escudo de la fe (Efesios 6:16). El escudo era un elemento imprescindible para el soldado. Con él podía detener los golpes y apagar las flechas encendidas que eran arrojadas por el ejército enemigo. Estas flechas eran muy peligrosas porque el hacer contacto con algún material inflamable producía un gran incendió. Se compara al escudo con la fe.  A través de la fe el creyente puede extinguir las flechas de la duda, la desesperación, la angustia, la lascivia, la codicia y otros tantos dardos encendidos que Satanás arroja constantemente.
El yelmo de la salvación (Efesios 6:17a). El yelmo era una especie de casco protector que se utilizaba en la cabeza. Aquí se identifica con la salvación. La salvación es entonces, en el contexto de la batalla espiritual, la pieza que nos da seguridad en nuestra mente (el yelmo protege la cabeza). Cuando un creyente comienza a dudar de su salvación, se constituye en presa fácil del enemigo. No puede luchar y menos ayudar a otros en esta lucha. Sin embargo, cuando uno tiene la convicción profunda en su mente y corazón de que es salvo, esta convicción le da confianza en la batalla.
La espada del Espíritu que es la Palabra de Dios (Efesios 6:17b). La espada era el elemento específicamente ofensivo en la armadura. Con ella se podía causar severos daños al enemigo. Para Pablo la espada corresponde a la Palabra de Dios, la cual aparece en otros pasajes también como una cortante espada de dos filos (compare Hebreos 4:12). La Palabra de Dios usada correctamente puede causar realmente daños severos a Satanás y sus secuaces. Cristo la usó cuando fue tentado por el Diablo (Lucas 4:1-13) y le hizo huir, lo cual se constituye en una esperanza para que el cristiano haga huir también a su enemigo (Santiago 4:7).
Actitud vigilante de oración (Efesios 6:18-20). Finalmente el apóstol menciona la oración, no directamente como parte de la armadura, en el sentido que la compara con algún elemento defensivo u ofensivo, pero sí como parte vital para el éxito en la batalla.  Pablo insiste en la necesidad de que se ore por él en forma permanente, suplicante y perseverante a fin de obtener el éxito espiritual en la meta que se había trazado de llevar el evangelio a los gentiles (Efesios 6:19).  Pero esta oración debe ser extendida a todos los santos de modo que forma parte de la disciplina diaria de todo creyente.
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  [1]Esta ha sido la base de todos los movimientos heréticos y sectarios que han aparecido a lo largo de la historia del cristianismo.

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